26 de noviembre de 2008

Nuestra comisión

"Coca Cola... Chevrolet... Compaq... ¿Por qué una soda, un auto o una computadora pueden llegar a ser palabras comunes en lugares que la mayoría de las personas apenas pueden encontrar en un mapa, mientras las buenas nuevas de Jesucristo son un misterio a millones casi veinte siglos después de que las noticias salieron a la luz? ¿Es porque su "producto" tiene un mejor nombre que el nuestro? No es probable. Después de todo, nosotros presentamos a Aquel cuyo nombre es tan majestuoso que llena la tierra (Salmos 8:1). ¿Es porque su "producto" es mejor que el nuestro? No. Tenemos el privilegio de presentar al pan de vida y el agua viva. ¿Es porque su presupuesto es más grande que el nuestro? Quizás. Y todavía, más de $2 mil millones son invertidos en misiones mundiales todos los años. ¿O es quizás porque ellos simplemente están más comprometidos con su comisión que nosotros como cristianos nos comprometemos con la nuestra? Vale la pena reflexionar y para orar sobre esto."

Con esas palabras terminaba mi Biblia "Tu Andar Diario" el devocional introductorio que precedía el relato de uno de los evangelios. Si reflexionamos nos daremos cuenta de cuan cierto es esto.

Un anuncio televisivo en el Super Bowl cuesta $2.7 millones. Es decir que hay gente que paga esa cantidad de dinero para que los espectadores vean un anuncio de cervezas o llantas de auto por 30 segundos. Un vendedor está dispuesto a tocar miles de puertas y llamar a otros cientos de teléfonos para vender su producto. Estos y otros ejemplos forman parte de el día a día, y si somos francos, admitiremos que la publicidad ha hecho efecto en nosotros. Todos conocemos por lo menos dos de las tres marcas mencionadas al inicio de la entrada, no importa sexo, raza, nacionalidad o creencias. Parece que lo único que une al mundo casi literalmente son las marcas multinacionales.

¿Estoy diciendo acaso que el materialismo y la publicidad han derrotado al evangelio? De ninguna manera. Lo que trato de decir es que aquellos comprometidos con llevar las buenas nuevas son muy pocos. La gente realmente entregada a ser luz tanto de palabra como de acción escacéa hoy en día. Aquellos que cumplen con la gran comisión son raros.

Pero, ¿porqué son tan pocos, habiendo tanto cristiano? Porque para muchos el servir a Cristo es sólo un gran chiste barato. El que ama a Cristo sigue su mandamientos (Juan 14:15). Muchos deben cumplir, pero pocos en verdad lo hacen.

¿Significa que todos bebemos ir al otro lado del mundo a una cultura desconocida? No necesariamente. Cumplimos la gran comisión al llevar el evangelio al compañero de trabajo, al amigo de la escuela, al vecino de la casa de en frente. Si Dios ha puesto una carga por un pueblo especial, eres libre de llenar ese propósito; pero el deber fundamental del creyente es compartir la gracia que nos salvó. Demuestras tu amor a el Señor y a tu prójimo cuando te comportas de una forma digna del evangelio (Efesios 4:1).

Así que ánimo. Si estas cumpliendo tu misión sigue adelante; talvez no recibas dinero o felicitaciones, no importa, recibirás la mejor recompensa en el Cielo. Y si no estás cumpliendo empieza de inmediato. Nunca es demasiado tarde para comenzar a servir a tu Señor (a menos que estés muerto o el rapto ya halla ocurrido).

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Hablamos de... ,

1 comentario:

  1. hey este tambn me gusto!
    esta buenisimo
    me gusta la interpretacion y como lo presentas
    me llega
    felicidades
    segui siempre asi
    y q Dios te de las fuerzas y vos q siempre tengas las ganas para hacerlo xD
    me gusta los devos y las entradas q tns
    bueno hasta el momento las q he leido xq no las he podido leer todas
    algun dia vamos a ir a evangelismo xD
    eso es de lo mejor!

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